Desde este refugio, caserón con historia que ha visto pasar muchos guerreros y que atiende una orden de monjes de San Bernardo, la de los perros, se pueden hacer muchas montañas si el tiempo te deja, con una nieve que podéis adivinar por la bajada del Breithorn. No es mal sitio para pasar una temporada escuchando un silencio denso que impresiona. Algunas imágenes os pueden dar una ligera idea (si lo permite la conexión no muy boyante).
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Breithorn del Simplon |
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